lunes, 5 de enero de 2009

Lo que hay

Lo que hay, cambian los nombres, los personales, pero el fin ultimo de Machiavelo, mas vale ser temido que amado sigue siempre vigente

Realpolitik

Realpolitik (política de la realidad en alemán) es la política exterior basada en intereses prácticos más que en la teoría o la ética.
La realpolitik aboga por el avance en los intereses nacionales de un país, en lugar de seguir principios éticos o teóricos.

Otto von Bismarck acuñó el término al cumplir la petición del príncipe Klemens von Metternich de encontrar un método para equilibrar el poder entre los imperios europeos. El balance de poderes significaba la paz, y los practicantes de la realpolitik intentaban evitar la carrera armamentista. Sin embargo, durante los primeros años del siglo XX, la realpolitik fue abandonada y en su lugar se implementó la doctrina "Weltpolitik", y la carrera armamentista recobró su ritmo, dando lugar a la Primera Guerra Mundial.

Principales exponentes

Uno de los precursores más famosos fue Nicolás Maquiavelo, conocido por su obra "El Príncipe". Maquiavelo sostenía que la única preocupación de un príncipe debería ser la de buscar y retener el poder, sin importar consideraciones éticas o religiosas. Sus ideas fueron más tarde expandidas y practicadas por el Cardenal Richelieu en su raison d'etat durante la Guerra de los Treinta Años. El historiador griego Tucídides y el teórico militar chino Sun Tzu también son citados como precursores de la realpolitik.

En alemán, el término Realpolitik es más frecuentemente utilizado para distinguir a las políticas modestas (realistas) de las políticas exageradas. El que Prusia no haya confiscado territorio austrohúngaro después de ganar la guerra fue un resultado del seguimiento de la realpolitik, persiguiendo como fin último la reunificación alemana bajo mandato prusiano. Hoy en día, la parte realista ("Realos") de un partido político no tiene problemas para ceder en algunos de sus principios si es necesario, con tal de conseguir cierto progreso, mientras que los fundamentalistas ("Fundis") evitan a toda costa ceder en sus principios o comprometerlos, aunque ello signifique renunciar a los puestos de toma de decisiones.

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