martes, 20 de enero de 2009

Que diria Clausewitz?

Uno esta acostumbrado a leer guerra de masas, guerrilla, puntos de friccion, la diplomacia, etc, pero, una clasificacion como esta (Saludos U) no la hubiera pensado

Un par de parrafos y el link al articulo, que describe un libro escrito por una persona del Birbek Collegue (si, creo, el mismo de Hobsbawn)

Clocks, with their precise parsing of time, gave us "mechanistic warfare," characterized by linear, predictable, reliable geometries (think Frederick the Great’s archetypal Prussian forces). "Thermodynamic warfare" evolved from concepts of dynamic motion and energy, associated with newly developed mechanical engines, resulting in the sort of industrialized, technologically enabled slaughter that chewed up millions of human bodies in World War I. "Cybernetic warfare" came about in World War II, Bousquet explains, with the ascent of the computer technology needed to manage the data floods of the code-breakers of Bletchley Park and the bomb-builders of Los Alamos. It signaled the dominance of information in strategic thinking, and the ascent of the all-powerful systems analyst in war planning.

Chaoplexic war, likes its cybernetic predecessor, is information driven. But cyberneticism emphasized total control of the battlespace through information dominance; in theory, that was supposed to create a predictable, controllable warzone environment. Chaoplexity, on the other hand, understands the order hidden within chaos and complexity. It's an understanding, translated to military thinking, that would theoretically enable soldiers to recognize, accept, and cope better with the uncertainties of combat. Characterized by "non-linearity, self-organization, and emergence," the central metaphor of chaoplexic war "is that of the network, the distributed model of information exchange perhaps best embodied by the Internet."

el link?

http://blog.wired.com/defense/2009/01/how-tech-change.html

lunes, 5 de enero de 2009

Lo que hay

Lo que hay, cambian los nombres, los personales, pero el fin ultimo de Machiavelo, mas vale ser temido que amado sigue siempre vigente

Realpolitik

Realpolitik (política de la realidad en alemán) es la política exterior basada en intereses prácticos más que en la teoría o la ética.
La realpolitik aboga por el avance en los intereses nacionales de un país, en lugar de seguir principios éticos o teóricos.

Otto von Bismarck acuñó el término al cumplir la petición del príncipe Klemens von Metternich de encontrar un método para equilibrar el poder entre los imperios europeos. El balance de poderes significaba la paz, y los practicantes de la realpolitik intentaban evitar la carrera armamentista. Sin embargo, durante los primeros años del siglo XX, la realpolitik fue abandonada y en su lugar se implementó la doctrina "Weltpolitik", y la carrera armamentista recobró su ritmo, dando lugar a la Primera Guerra Mundial.

Principales exponentes

Uno de los precursores más famosos fue Nicolás Maquiavelo, conocido por su obra "El Príncipe". Maquiavelo sostenía que la única preocupación de un príncipe debería ser la de buscar y retener el poder, sin importar consideraciones éticas o religiosas. Sus ideas fueron más tarde expandidas y practicadas por el Cardenal Richelieu en su raison d'etat durante la Guerra de los Treinta Años. El historiador griego Tucídides y el teórico militar chino Sun Tzu también son citados como precursores de la realpolitik.

En alemán, el término Realpolitik es más frecuentemente utilizado para distinguir a las políticas modestas (realistas) de las políticas exageradas. El que Prusia no haya confiscado territorio austrohúngaro después de ganar la guerra fue un resultado del seguimiento de la realpolitik, persiguiendo como fin último la reunificación alemana bajo mandato prusiano. Hoy en día, la parte realista ("Realos") de un partido político no tiene problemas para ceder en algunos de sus principios si es necesario, con tal de conseguir cierto progreso, mientras que los fundamentalistas ("Fundis") evitan a toda costa ceder en sus principios o comprometerlos, aunque ello signifique renunciar a los puestos de toma de decisiones.

Cambio de nombre

Ya no se si cambiar el nombre de este blog por el de otros ilustres personajes




en fin