domingo, 19 de octubre de 2008

Speedy y la Web 2.0

En pro de ser honesto, el amigo Cassia lo puso antes, asi que borro esto

Graciass

domingo, 12 de octubre de 2008

todo depende de la antiguedad del libro

si es un libro romano, los griegos eran malos, si es un libro barbaro, los romanos eran malos, si es un libro español, los arabes eran malos, y asi siguiendo

y si de pueblos originarios se trata, cual fue originario?


El jefe mapuche Calfucurá había llegado desde Chile hacia 1830 formando parte del grupo del cacique Martín Toriano llamados por Rosas para combatir a los boroanos que previamente le habían precedido en su llegada desde la Araucanía hacia 1820, cuando fueron llamados por estancieros para custodiar la frontera y se asentaron en la zona de Guaminí y Carhué. Luego de ser derrotado Toriano por los boroanos, Calfucurá se estableció en las Salinas Grandes. El 9 de setiembre de 1834 Calfucurá logró eliminar a los principales caciques adversarios cuando los emboscó en una reunión comercial en Masallé (cerca de la laguna Epecuén), muriendo mil borogas, entre ellos Rondeau, Melin, Venancio Coñoepán, Alun y Callvuquirque, aunque logró escapar Ignacio Coliqueo. A partir de entonces los boroanos desaparecieron de la escena, dispersandose entre Tapalqué, 25 de Mayo y Masallé. Yanquetruz murió en 1836. Calfucurá en 1837 derrotó y mató al cacique araucano Railef junto a 500 de sus guerreros en el lugar llamado Quentuco sobre el río Colorado, después de que éste había realizado un malón sobre la provincia de Buenos Aires y regresaba a la Araucanía.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Road Warrior

hice un comment en un blog que no encuentro, no se por que, pero, me preguntaron por road warrior hablando de crackberry

In computer networking, a mobile user who connects to a VPN from an unspecified remote location

In business, a person who spends a great deal of their job traveling.

 (idiomatic) (slang) A person who carries a mobile device such as a laptop or PDA and uses wireless internet connections to work.

 

Todo eso son definiciones, pero, para empezar alcanza, te das cuenta de un personaje es un road warrior en un aeropuerto cuando ves a alguien tecleando furiosamente una laptop con cara de perdidos en Tokio

 

Obviamente la tecnologia ha ido mejorando la cosa, desde un road warrior en digamos, 1999 buscando un enchufe para su cable de telefono para la laptop, a un tipo que busca una señal de celular decente para conectarse en el 2001 a otro buscando wifi en el 2004 o entre esos años, si pertencia a la aristocracia de los road warriors (o millas suficientes) en las salas VIP, en los aeropuertos que hay, y si hay PCs

 

Pero, todos comparten la cara de perdidos en Tokio, la cerveza si estan pocas horas entre vuelo y vuelo, la desesperacion por conseguir un enchufe para recargar el celular, la blackberry o el Iphone, y la busqueda de un sillon comodo para dormitar si son varias horas. Eso, si llegan a tiempo al vuelo

 

Son los que antes del vuelo, o los vuelos, saben exactamente que asiento ocupar, como discutir por los atrasos, como negociar las cancelaciones, y cuando gritar en el mostrador para que le den un hotel decente (a veces sale bien, a veces mal)

 

Por eso la adiccion por la Blackberry, es mas o menos como la adiccion a los telefonos con mail, o al Iphone, pero, la realidad es que luego salen corriendo a ver las laptops

o, ver aca

http://www.enriquedans.com/2004/10/manual-del-perfecto-road-warrior-para.html

que recien lo encontre, e ilustra desde lo  tecnologico


 

 

 

Al final, llamaron a los ingenieros

Mucha economia,mucha economia y fundamentalismo, pero, al final, para 2 + 2 llamaron alos ingenieros.

NEEL KASHKARI, 35 AÑOS, INDIO Y EX GOLDMAN SACHS
Un ingeniero espacial pilotea la tormenta


Bush y Paulson lo designaron jefe de la oficina que conducirá el salvataje. Es cuestionado por su carrera meteórica y su pasado financiero. 
 

Un hombre de treinta y cinco años de origen indio, que de ingeniero aeroespacial se transformó en economista al saltar de la NASA a Wall Street, será el encargado de administrar los 700 mil millones de dólares que deben salvar a las finanzas norteamericanas del descalabro.

Se llama Neel Kashkari, es subsecretario del Tesoro para los Asuntos Internacionales y el Desarrollo Económico, y, pronto, tendrá el título de director de la Oficina de la Estabilidad Financiera, con el que tendrá a su cargo el subsidio estatal más grande de la historia, aquel que la administración Bush quiere utilizar para frenar la estampida financiera.

El ascenso del joven Kashkari ha sido vertiginoso, y en esa subida ha batido a competidores formidables, con la mitad de años que ellos, como Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York y padre fundador de la homónima sociedad multimediática, y Bill Gross, el mago de los bonos.

La designación de Kashkari parece ser momentánea, ya que deberá irse en enero si el candidato demócrata Barack Obama es elegido presidente. No obstante, su nominación ha estado rodeada de polémicas. Muchos alzaron la voz y dijeron que hubieran preferido a un gurú de las finanzas.

Los vínculos de Kashkari con la administración republicana no son nuevos, ya que fue un pequeño financiador electoral del presidente Bush y un dirigente del gigante banco de inversiones Goldman Sachs, al igual que su mentor, el ministro del Tesoro Paulson. Su nominación aún debe ser aprobada en el congreso, pero con la elección presidencial tan próxima los analistas sostienen que no será rechazada.

Bush y Paulson –que lo tiene bajo su órbita– lo han puesto en ese lugar porque, según indicaron voceros de la Casa Blanca, es uno de los arquitectos del salvataje y será un leal ejecutor del plan. También su edad y su relativa inexperiencia han despertado objeciones, ya que el indio está en el Tesoro hace sólo dos años.

El recorrido del subsecretario es un nuevo ejemplo utilizado para mostrar que el “sueño americano” no ha muerto –al menos para algunos–. Neel Kashkari nació en una familia india de Ohio, se casó con una mujer de su misma etnia y vive en Maryland, al lado de Washington. Luego de sus estudios secundarios, Kashkari se recibió como ingeniero en la Universidad de Illinois. Después trabajó en una empresa proveedora de alta tecnología de la NASA, en California, donde estuvo cuatro años. No obstante, el flamante superhombre del subsidio se transformó –junto con el boom económico– en un conocedor de las finanzas: se recibió en la famosa Wharton School de Pittsburg, en Pennsylvania, y luego se incorporó a Goldman Sachs en San Francisco.

En el 2006, Paulson lo llevó como primer asesor en el Tesoro. Según The Wall Street Journal, el indio fue un estrecho colaborador de la Reserva Federal para frenar el desplome, después de haber preparado la intervención del Estado en el mercado.

El plan es conocido de manera irónica como “quiebre de vidrio”, porque rompe la conservadora estructura ideológica de la administración Bush. Prevé que el Tesoro adquiera préstamos –y otros papeles– de difícil cobro o prácticamente incobrables. Una decisión que puso a Paulson, a Bush y a Kashkari en el centro de las críticas de los neoconservadores que incluso llegan a acusarlos de haberse convertido al socialismo.

Robado de Critica



domingo, 5 de octubre de 2008

Potemkin

A veces leo otros lugares, mucho, y, la verdad, en gente que se supone tenga 2 dedos de frente leer que algunos trenes funcionan bien, cuando saben positivamente que son de juguete, diria, molesta, o pareceria que viven el mundo a traves de

Pueblo Potemkin

La expresión Pueblo Potemkin o Pueblo de Potemkin o Pueblos Potemkin [del ruso Потёмкинские деревни, pa’tjɔmkɪn, más correcto sería la forma Pueblo Potjomkin] se debe al mariscal duque Grigori Alexandrovich Potemkin (1739-1791) para designar aldeas, pueblos, villas inexistentes en Crimea. Algo se define como Pueblo de Potemkin cuando se quiere describir una cosa muy bien presentada para disimular su desastroso estado real. A primera vista parece muy bien acabado y deja a todos impresionados, sin embargo le falta la substancia principal. Es más común la forma plural pueblos Potemkin.

Según una leyenda moderna, en 1787 antes de una visita de su soberana la zarina Catalina II de Rusia, la Grande, Potemkin, el favorito, hizo edificar bastidores/fachadas pintadas a lo largo de la ruta de visita de Catalina la Grande, para presentar pueblos idílicos en la recién conquistada Crimea, pero para encubrir la verdadera situación catastrófica de la región. Esta leyenda fue dada a conocer en la corte por parte de los adversarios de Potemkin, que le envidiaban su buena relación con la zarina.

Potemkin mostraba desde lo alto de una colina a la zarina una aldea de nueva construcción en la que supuestamente vivía gente. El pueblo visto desde cierta distancia tenía un aspecto idílico e impecable. El verlo desde la lejanía se hacía para que la zarina no se mezclara con la gente o también por cuestiones de seguridad. La realidad era que el supuesto pueblo no era más que un bastidor (como los que se emplean en la filmación muchas películas), nada se había hecho para las gentes del pueblo, que además vivían en la más completa miseria. Así pues, durante la visita de Catalina la Grande, visitaron varios de estos pueblos de ficción y que además siempre era el mismo, pues al terminar la visita el pueblo ficticio era desmontado y se volvía a montar en otro emplazamiento distinto que sería visitado después.

La zarina regresó engañada y convencida de que se estaban haciendo políticas correctas para llevar bienestar a su pueblo.

Realmente Potemkin fue un gobernador capaz que hizo mucho por el desarrollo de Crimea. Pero también se dice que Potemkin escaló a los sitios más altos del poder por sus habilidades de amante y no por otros méritos.

de wikipdia

miércoles, 1 de octubre de 2008

China

Yo se que quizas no es un tema del dia, aca o afuera, pero, es quizas el bosque detras del arbol
textual de ft de hoy

America’s chance to kick its Asian addiction

By David Pilling

Published: October 1 2008 18:43 | Last updated: October 1 2008 18:43

Did America hang itself with Asian rope? I put this to a Chinese official last week and, quick as a flash, he responded: “No. It drowned itself in Asian liquidity.”

Asia’s part in America’s financial downfall has been two-fold. First, shiploads of cheap goods from China and other low-cost producers helped keep a lid on US prices. That lulled the Fed, with its tight focus on the consumer price index, into thinking it could have it both ways: high growth with low inflation.

Second, Asian bank reserves of $4,300bn (£2,400bn, €3,000bn) – enough to fund Treasury secretary Hank Paulson’s bail-out six times over – combined with petrodollars to provide the US with almost endless liquidity. This poured into US Treasuries and Fannie and Freddie bonds, suppressing US interest rates, inflating the housing bubble and funding buy-now pay-later consumption.

Western banks and hedge funds used Asia, particularly Japan, as an enchanted pool of money. Through the so-called carry trade, they dipped their ladles into its ultra-low interest rate waters and splashed the proceeds around on exotic, high-yield instruments. For a while it all worked beautifully. You know the rest.

In one sense, this is a story of Asian prudence versus US recklessness. By accumulating vast savings – China and Japan alone boast 40 per cent of global central bank reserves – Asians have lived below their means so that Americans could live beyond theirs. Asia bankrolled US budget and trade deficits and provided the cash for banks and individuals to go on a spending spree and for Washington to fight wars in Afghanistan and Iraq.

“Arguably, the US overextended itself in international relations and in the management of its domestic situation. It spent way beyond its means,” says Fang Xinghai, director general of Shanghai’s Financial Services Office. “For a while, the US thought this was great and that this trade could go on forever.”

While it lasted, China and others were able to grow at supercharged rates by lending to Americans so that they could import its products. Now that wheeze is over, Asia will suffer too. But even if China, which grew at 12 per cent last year, loses 4 percentage points of growth, it will still be clipping along at 8 per cent. If the US or Europe loses the same amount, it will be deep in recession.

Wall Street’s 9/11 could thus turn out to be an important milestone on the road to Asia’s century. US presidential candidates invoked that possibility last week in their debate. Barack Obama referred to China’s recent space walk as a sign that it was catching up while America floundered. John McCain, attacking waste in Washington, said: “We owe China $500bn.” Mr Obama went one better, saying (more accurately) China “now holds $1,000bn of our national debt”. Linking finance with power, he added: “There has never been a country on earth that saw its economy decline and yet maintained its military superiority.”

There has been a cautious reappraisal in parts of Asia too. “More people understand that America is not as great as it was 10 years ago,” says Shen Dingli of Fudan university in Shanghai. “This is not a time for China to be on a par with America. But the relative shift of the centre of gravity does bring China more confidence.”

For the moment, though, the fates of Asia and the US remain more aligned than opposed. Chinese, Singaporean and other Asian investors have lost billions on their stakes in failing western institutions. Asian governments have insisted on the need for a US bail-out to protect their sovereign investments.

US woes bounce back in other ways, too. In August, Japan recorded its first seasonally adjusted monthly trade deficit in a quarter of a century after shipments to the US slid 22 per cent. Net exports are not expected to contribute anything at all to Chinese growth this year. “China feels the same pain as America,” says Prof Shen. “It is not a case of: ‘Your loss is my win,’ but rather: ‘You lose, I lose.’ ”

More fundamentally, the pattern of flows from Asia to the US and other deficit countries could change. If the US can wean itself off what has been an unhealthy addiction, the shock could yet turn out to be to its long-term advantage. It has already started increasing exports and importing less.

In another sign of change, the big gap between returns that drove Japanese capital to the US has narrowed sharply for bonds and disappeared altogether for equity, says Peter Tasker of Kleinwort Dresdner. “This could be the crumbling of the configuration that has seen capital surplus countries funding US consumption,” he says.

For that to happen Asians would have to start spending more at home. That could be brought about by a deep recession, which would oblige them to run down savings. Alternatively, Asian governments could encourage their citizens to break savings habits and go on a US-style binge.

Chinese citizens, whose consumption accounts for a measly third of national output – against 70 per cent in the US – could certainly spend more. But Beijing, which has already taken steps to prick the housing bubble, appears in no hurry to encourage reckless spending.

Says Mr Fang: “I’m not sure you should encourage people to borrow in order to spend. That is what bankrupted the US.”