Alea iacta est o alea jacta est es una locución latina de uso actual que significa "se echó el dado", "el dado fue echado" o "la suerte está echada". Es una expresión atribuida por Suetonio a Julio César en el momento de cruzar el río Rubicón, límite entre Italia y la Galia Cisalpina (provincia que el Senado romano le había asignado). Con este paso, se rebeló contra la autoridad del Senado y dio comienzo a la larga guerra civil contra Pompeyo y los Optimates. Según algunas versiones, César usó el imperativo “jaci” en lugar del pasivo “jacta est” (“¡Echad la suerte!”).
En realidad, parece ser, si se cree a Plutarco, que la frase fue dicha en griego, tomándola de un verso del comediógrafo Menandro, con el sentido de "los dados están echados (esperemos ahora la suerte)". El escritor era al parecer uno de los favoritos de César.
Seguramente, la fuente que usó Plutarco para decir esto, sería el Prólogo del libro de Historias de Asinio Polión, partidario del bando cesariano, que comentó la anécdota, puesto que, por su cercanía a César, tal vez lo hubiera escuchado en el momento de cruzar el Rubicón. Es posible que Horacio oyera esto al propio Asinio Polión en la "recitatio" (término latino que se refiere a una especie de presentaciones de libros en sociedad, cuya forma final en época de Augusto se debe a Polión en persona) de su obra.
La frase en griego (ανερριφθω κυβος) está, pues, en Menandro 65.4 y Plutarco Caes. 32 . En latín, tal vez la traducción más rigurosa sería: "jacta esto alea" y podríamos traducirla como "que se lance el dado" "que esté el dado lanzado" con el sentido que arriba se ha comentado.
La oración implica que él había tomado el riesgo y pasado un “punto de no retorno”, es decir, él no podía retroceder de lo que había hecho, como el jugador que ha apostado todo a una tirada de dados. Hoy en día, la frase significa dar un paso irrevocable, generalmente de riesgo o confrontación.
Gramaticalmente, está formada por el nominativo de alea, -ae (suerte) y el pretérito perfecto pasado de iacio (lanzar, echar).
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1 comentario:
Ayj
la versiòn màs probable es la segunda, en la que cesar afirma haber lanzado el dado y entonces esperaba ver como se desarrollaba su "suerte". Las biografìas de Cesar màs "modernas" apuntan a esto.
Pero tambien puede ser probable que nunca haya dicho nada, y que esto sea un "mito" que Suetonio reprodujo.
Nunca lo sabremos
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